Comentario 3 Dimensiones Palacio de Carlos V:

Comentario: Espacio tridimensional, Palacio de Carlos V y museo de bellas artes.


Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. 1500-1558.

Arquitectura:




Fachada.


La planta del edificio consiste en un cuadrado con un patio circular inscrito en el interior, dicen que es un rasgo manierista de la arquitectura; lo que es notable es el avance arquitectónico que supone este novedoso diseño. Con las sencillas formas del cuadrado y el círculo hace un diseño dinámico y misterioso a la vez, porque junta dos elementos aparentemente opuestos en el mismo objeto. La simbología de esta planta parece aludir a la idea clásica de la divinización imperial, aplicada esta vez al monarca capaz de restaurar el imperio cristiano. Contiene dos pisos en cuyos interiores hay diversas salas, en el segundo piso se encuentran las salas del museo de bellas artes.




Interior

Arquitectónicamente, el espacio central circular se corresponde con un patio porticado de treinta metros de diámetro, dividido en dos niveles que superponen el orden dóricotoscano y el jónico. Los alzados son adintelados y se separan mediante un entablamento presidido por un friso de triglifos y metopas. El piso de abajo está cubierto por una bóveda de cañón construida en piedra ligera, en el piso superior el techo está compuesto por casetones (compartimentos vacíos de forma cuadrada, formados por las vigas de madera). El pavimento duro de la plaza son adoquines y losas de piedra en el espacio adyacente (detrás de las columnas).

El exterior goza de una fachada cuadrada que se divide repitiendo el esquema del interior: dos pisos que superponen pilastras doricotoscanas y jónicas, separadas por un entablamento intermedio. Sin embargo, el almohadillado rústico del primer nivel es una osada ruptura manierista con la coherencia interior-exterior. Así, al interior clásico (una fachada ligera, de equilibrio y racionalización perfeccionista renacentista) se opone un exterior manierista (una fachada compleja y pesada).

En la entrada principal además de los dos registros de pilastras ya comentadas, se añade a la puerta un frontón griego (remate triangular en cuyo interior se encuentra el tímpano decorado con relieves) que se complementa con uno similar en la ventana de arriba y el de las pequeñas puertas de los lados. Hay cinco medallones en la entrada principal con bajorrelieves imperiales. En el piso de arriba hay tres pequeños balcones. En general lo considero un edificio notable, digno de un imperio.



Espacio:

Se encuentra como todos sabemos en el interior de la Alhambra de Granada, a un extremo del patio de los Arrayanes y para su construcción se tuvo que derribar un pabellón opuesto a la torre de Comares. Algunos piensan que el hecho de construir un palacio renacentista en medio de uno musulmán es una barbarie, sin embargo hay que tener en cuenta el contexto histórico (1526) cuando Pedro Machuca lo construyó la mayoría de los edificios que los pueblos enemigos del imperio español dejaban, eran destruidos (sobre todo los templos y los palacios). Carlos V lo construyó en medio de la Alhambra porque admiraba la belleza de ésta, y con su palacio ayudó a conservar y salvar la Alhambra de la ruina.

En la parte circundante al edificio nos encontramos con una zona de descanso con jardines usando setos de boj para delimitar el espacio. Los árboles plantados ayudan a proyectar sombra y junto con los bancos se compone una excelente zona de descanso.


Los bancos.



Los bancos tienen una forma curiosa, se sostienen cada uno sobre dos capiteles jónicos con las volutas características. Supongo que esto lo hicieron para que armonice con las columnas del edificio.

Atravesando la zona de jardines llegamos a un espacio abierto en el cual hay un mirador interesante para contemplar Granada, el borde de piedra está labrado de tal forma que uno puede sentarse como si se tratase de un banco continuo. El pavimento duro son losas de piedra y cantos rodados incrustados en el suelo, éstos dibujan formas geométricas en el suelo.



El mirador.



Museo:

Esculturas:

La mayor parte de las esculturas son de tema religioso, desde el renacimiento hasta el barroco. La primera escultura que encontramos son los “Tableros de la sillería del coro de la Santa Cruz Real” tallados en madera y realizados por Francisco Sanchez y Juan de Orca allá por el siglo XVI. Es un trabajo más o menos acorde al estilo de la época y a los objetivos convencionales de contar sin palabras donde se busca una narratividad religiosa.

Luego está la escultura de “Virgen con el niño” de Ruperto alemán 1492, realizada en madera policromada. Me llamó la atención el aspecto del niño, que más que un bebé parece un adulto reducido.

En el centro de la primera sala están las esculturas de Jacobo Florentino (1475-1526) “Entierro de cristo” una composición de siete personajes en madera policromada. La composición del cortejo funerario es horizontal para dar mayor énfasis a la muerte física de cristo, pesado y sólido, no vertical y ascendente. Es muy curioso esto del arte católico en general, como se recrean en la muerte de cristo pero apenas hay obras que aluden la resurrección de Jesús (acto esencial en toda la doctrina cristiana) las viejecitas lloran la muerte de su Dios ¿Pero qué sentido tiene si se supone que resucita y todo era parte del gran plan divino de la salvación espiritual del hombre?

Las siguientes figuras que me interesaron fueron la de “San Antonio de Padua” 1657 y la de “San Pedro de Alcántara” 1657 construidas por Alonso Cano y Pedro de Mena. Era interesante como un señor con barba y bermudas explicaba a unos turistas lo “grande” que era Alonso Cano por pintar y hacer esculturas donde trataba la textura de la piel con tan delicadeza que dan ganas de tocarle la pierna al bebé rosado. Ciertamente las esculturas estaban tratadas con gran virtuosismo, y logra el ambiente religioso y solemne de sus tantas obras.

El “Ecce Homo” de 1670 hecho por José Mora captó mi vista por la acción de una anciana que se besaba la mano y la posaba posteriormente en el cristal de la vitrina que guardaba la escultura en cuestión. Se trata de la cabeza del cristo flagelado y sangrante. Es como las esculturas de la Semana Santa, siempre me pareció curioso como exageran la caída de los párpados de una forma tan extrema que parecen ojos con alguna deformación patológica, todo para darle ese dramatismo típico del efectismo barroco. Como si no fuese suficiente con los párpados el autor le añade chorros de sangre y moretones de manera que dé la sensación de que ha sido apaleado recientemente, pienso que logra su objetivo.

La siguiente es la “Rafaela” del año 1918 creada por Juan Cristóbal Gonzalez Quesada. Es un busto realista sin demasiado interés conceptual, al menos para mi gusto.

A continuación hay unas cuantas obras abstractas como “Construcción” de Manuel Ángeles Ortiz construida en 1979 en madera policromada. La composición está formada por dos elementos ascendentes que se unen con bisagras al círculo central. Es una escultura con unos ritmos interesantes y de gran ligereza.

Finalmente comentar que hay dos piezas de Manuel Rivera Hernández como la de “Espejo inquieto” de 1970 una técnica mixta sobre madera. Son como mallas metálicas superpuestas, hace un estudio del espacio interesante, complementándolo con las rejillas que sirven para modelar el vacío.

El espacio está muy bien organizado, las obras se pueden ver sin problemas ni aglomeraciones de gente, etc. Son diez salas en total donde muestran cronológicamente obras de diversos periodos desde el renacimiento hasta el arte contemporáneo. Cada sala está iluminada correctamente y con su propio calibrador de humedad relativa. Los cuadros y esculturas están bien distribuidos de formas que la lectura de las salas se hace dinámica y de forma sencilla.

En la sala I se trata el tema del arte renacentista español, la sala II está dedicada a Alonso Cano que es un artista emblemático de Granada, en la sala III la muestra abarca los seguidores de Alonso Cano que siguen trabajando los mismos temas sólo que enfatizando en detalles como José Mora que le pinta chorros de sangre a la escultura policromada de Cristo y además le exagera la caída de los párpados. La sala IV habla de la pintura profana del siglo XVII, en la IV hay trabajos de artistas del siglo XIX… La sala VI es curiosa porque los cuadros que contienen son todos sobre temas granadinos, pero es interesante como un objeto común como la Alhambra, se interpreta de maneras muy diferentes dependiendo de quien lo pinte. La Sala VII es una sala de descanso donde hay varios sofás rojos donde los turistas se acuestan (o eso es lo que presencié, una pareja belga acostados acaparando todo el sofá para ellos). En la sala VIII se exponen cosas del siglo XX todo vanguardias, en la sala IX es el apartado dedicado al arte contemporáneo donde está por ejemplo la obra “espejo inquieto” de Manuel Rivera Hernández. Finalmente la sala X está dedicada a las exposiciones temporales, cuando fui estaban con una selección de dibujos muy interesante, donde hay obras del joven Picasso, Fortuny y demás peculiaridades.

En general me llevé una muy buena impresión del museo, pues a pesar de ser pequeño (comparado con los grandes museos de capitales tipo el Reina Sofía, El Prado, The Tate, etc.) es efectivo a la hora de exponer el material con claridad y elocuencia, en cambio otros como el Reina Sofía se hacen demasiado pesados de recorrer puesto que las salas están mal distribuidas y la gente se aglomera demasiado, los vigilantes no te dejan acertarte a los cuadros para apreciar el juego de las pinceladas, la iluminación no es muy acertada, etc. El Museo del Prado en cambio está muy bien organizado, las salas son amplias y proporcionales al material que contienen, no como el Reina Sofía que ponen el Guernica en una sala pequeña y encima te obligan a ver a 4 metros de distancia, si pasas ese espacio suena una alarma, es grotesco. El museo de bellas artes de granada a nivel de organización está al nivel del Prado (si lo consideramos en proporción al material que contiene). Salas con las obras justas en el espacio justo, ahí es donde está el equilibrio. Hasta ahora el museo que más me gusta recorrer es la National Gallery de Londres, quiero decir a nivel de organización espacial, lo hacen todo de una forma muy amplia y fácil; además tiene un diseño en elipsis que ayuda a recorrerlo una y otra vez de la forma más fácil (en vez de subir y bajar plantas como en el Museo del Reina Sofía).

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