Vanguardia y Kitsch (Comentario):


Clement Greenberg. 1909-1994

Se trata de un espléndido artículo donde el Sr. Greenberg analiza la realidad artística de 1939. Periodo de vanguardias y del nacimiento del kitsch.

En el primer capítulo analiza como los artistas de las vanguardias anteriores a la guerra se preocuparon por el estudio del medio. De lograr la autonomía de la pieza artística exenta de un tema y un contenido. La búsqueda de los ideales de lo “absoluto” y de salirse de la mera “representación” o “imitación” de la realidad. Habla que Picasso, Brancusi, Kandinsky, Mondrian, etc tienen como principal fuente de inspiración el medio en que trabajan. Esto es cierto, el cubismo es una reflexión sobre el medio, el modo de establecer la pintura, pero la obra de Picasso (uso a Picasso de ejemplo) no se queda meramente en la experimentación del medio, sino que una vez estudiado el medio (como podría ser el cuadro “Mujer con abanico” o “las señoras de Avignon” que estupendamente abrieron todo un mundo de posibilidades en la pintura como reflexión del espacio y de la superficie pictórica) avanza hasta lograr expresarse a través del medio; con cuadros como El Guernica. Expresarse como individuo, no sencillamente expresar un nuevo lenguaje plástico; sino una visión personal sobre la realidad del hombre, de los desastres del hombre. Nos expresa su punto de vista, no su punto de vista técnico (que eso ya lo expresó con las señoras de Avignon) sino su punto de vista personal, como ser que siente e interpreta los fenómenos que percibe en la realidad.

Después de analizar espléndidamente las vanguardias Greenberg analiza la retaguardia o el Kitsch.

Hace toda una reflexión intelectual sobre el éxito masivo del kitsch, el por qué de que sea tan atrayente para la gran mayoría de la población mundial y por supuesto intenta averiguar por qué la gente (gente en términos generales y refiriéndose al público masivo) prefiere el kitsch antes que el arte de la cultura formal o de vanguardia.

El análisis resulta muy interesante pero a la vez inexorablemente inquietante, porque si Greenberg ya expuso toda esta realidad allá en 1939; en nuestra época el kitsch ciertamente lo abarca todo. Es muy inquietante porque vemos kitsch en todas partes, los medios de comunicación tienen tal poder en las masas que parecería posible la idea de que ellos “decidieran” lo que les gusta. Como en cierta película que el profesor de cine les dice a sus alumnos “hay que darle al público lo que quiere” eso es kitsch, anteponer ante todo el gusto masivo. Dirigido para el mercado, para el comercio.

¿Por qué tiene tanto éxito? Greenberg acierta y da en el clavo: porque no requiere esfuerzo por parte del espectador, le da todo hecho. Se disfruta y punto. Por eso hoy día se escucha tanto el “me gusta” o “no me gusta” puesto que la gente no sale de ahí, es ciertamente chocante porque invierten 2 horas para ver una película o días para leer un libro y sólo concluyen con que “les gusta” o “no les gusta”. No se esfuerzan por tratar de analizar la pieza artística y de sacar un discurso de ella. ¿Por qué? Porque la sociedad kitsch les dice claramente que no es necesario, los acostumbra a obras comerciales donde tan sólo deben sentarse y disfrutar; no pensar. El público masivo, el proletariado (perdón si suena jactancioso) prefiere después de las 8 horas de trabajo manual sentarse y pasar un “buen rato” totalmente intrascendente, antes que ponerse a filosofar sobre el “¿qué quiere decir el artista con esto?”. A las masas no les interesa pensar, no les interesa reflexionar, sólo les interesa ganarse la vida y después de eso “disfrutar del Gran hermano, del futbol y de una cerveza”. Entonces cuando se sitúan delante de una obra que requiere de una reflexión por su parte pues dicen “esto es basura, no se entiende, que paranoia” y se van a su sofá a ver operación triunfo. El kitsch es como la madre que le consciente todo al hijo, “malcría” a la sociedad. El kitsch los malacostumbra a acomodarse y a no reflexionar sobre nada importante. Por eso tiene tanto éxito el kitsch, porque no requiere apenas nada por parte del espectador y porque el espectador sabe de antemano que va a pasar un rato agradable y que después de presenciar la obra kitsch no va a cambiar nada su vida ni su forma de pensar.

Inquietante es en efecto puesto que vivimos en la democracia donde el pueblo es la ley, y poco a poco se van imponiendo los valores del pueblo, de las masas; ¿Qué va a impedir que también se impongan sus valores artísticos?




Repin. Cossacks.


Picasso. Mujer con abanico.

1 comentario:

  1. Gracias por hacer este ensayo, me ayudaste a entender el ensayo de Clement. Muy cierto con el término kitsch, lamentablemente es a nosotros a quienes nos toca despertar al público masivo e intentar enderezar a nuestra sociedad, saludos :) (Muy buen trabajo).

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